Hacer que los teléfonos públicos fueran
nuestros Amigos fue sólo una de las estrategias que implementó la Alcaldía en
la década del 90 para evitar el deterioro de los aparatos. De las cabinas
redondas que además cubrían de la intemperie a los usuarios quedan pocas. Un ejemplo
que sobrevive en el tiempo lo encontramos en la Vereda Mazo del corregimiento
de Santa Elena. La mayoría de ellos fue reemplazada por alargadas cabinas
verdes que apenas tapan la lluvia pero que sirvieron para llenar los bolsillos
de quienes ganaron la licitación.
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